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¿Qué son los EPIs?

Los EPIs están hoy en boca de todos. Sin embargo, muchas personas no terminan de comprender en qué consisten estos equipos o cuáles son las características que los definen.

 

¿En qué consiste un EPI?

EPI son las siglas de equipo de protección individual. Este equipo incluye dispositivos y medios de seguridad para que un empleado pueda realizar su trabajo reduciendo los riesgos que amenacen su integridad física o su salud. Además, se refiere a cualquier accesorio o complemento que cumpla con la función de protección. Así, los trabajadores pueden realizar tareas consideradas peligrosas, pero minimizando los riesgos de resultar dañados.

 

Un equipo de protección individual puede estar conformado por uno o varios dispositivos de seguridad, los cuales están destinados a proteger frente a uno o diversos riesgos. También son aquellos componentes intercambiables que resulten indispensables para el funcionamiento del EPI.

 

Estos equipos solo se utilizan cuando existen riesgos evidentes para la salud, pero que no han podido ser contrarrestados de otras maneras. Por ejemplo, un electricista tendrá que ponerse guantes al manejar unos cables si la corriente no ha sido cortada.

 

¿Cómo deben usarse estos equipos?

Los equipos de protección deben estar contemplados en un plan global que evalúe los riesgos y establezca aquellos que resulten más adecuados para cada caso. Además, el personal recibirá la formación necesaria para manejarlos, mantenerlos y repararlos llegado el momento. Así, cada trabajador conocerá en qué momentos debe utilizar su equipo y el estado del mismo.

 

Junto a esto, los equipos tendrán que llevar el marcado CE, el cual los homologa y certifica que resultan efectivos a la hora de reducir los riesgos contra la salud del trabajador. Cada EPI contará con este símbolo en un lugar visible y de forma legible. Tendrá que resistir toda la vida útil del equipo, de otro modo el personal podría llegar a dudar de su eficacia.

 

También contarán con un folleto informativo del fabricante, en el que se hablará de cómo almacenarlo, limpiarlo y mantenerlo; las especificaciones técnicas; la protección que ofrece, o el plazo en el que el equipo dejaría de ofrecer su protección, entre otras informaciones de interés. Así, los usuarios de los equipos tendrán todos los datos que necesitan para darles un buen uso, algo que complementa la formación previa que deben recibir.

 

En definitiva, sin los EPIs, determinados trabajos serían mucho más arriesgados y la salud de los empleados estaría en continuo peligro. Gracias a estos equipos los riesgos se reducen al mínimo, pero solo en el caso de que se utilicen de manera adecuada y durante el periodo de tiempo en el que son efectivos.

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