El cuidado del calzado es una actividad muy importante que no sólo tiene efectos positivos sobre la durabilidad del calzado, sino que también permite conservar sus características originales.
En la protección laboral en particular, dada la alta utilización y el rendimiento del calzado (antideslizante, repelencia al agua, etc.), esta atención es aún más importante.
Para asegurar el máximo confort y la mejor protección aún después varios meses de su primer uso, recogemos aquí algunos consejos que ayudan a conservar los zapatos de seguridad Giasco:

1. Abrir bien el zapato antes de insertar el pie y utilizar un calzador para evitar someter el contrafuerte (el inserto, entre la parte superior y el forro, en el talón) a presiones continuas.

2. Atarse correctamente el calzado para evitar que el pie se mueva en el interior y así evitar el desgaste de este y del calcetín.

3. Reducir la humedad del pie humano, causa de olores desagradables, que se absorben y acumulan por el zapato. Se aconseja ventilarlos, extrayendo la plantilla, en un lugar ventilado después de su uso.

4. Eliminar la suciedad periódicamente con un cepillo suave o un paño húmedo y luego aplicar productos nutrientes y brillantes de manera uniforme en la parte superior con el fin de fortalecer la piel y evitar que agentes externos comprometan las características iniciales.

5. En el caso de calzados mojados, mantener lejos de radiadores o fuentes de calor, porqué podrían secar el zapato agrietándolo y volviéndolo duro. Se aconseja poner papel de periódico en el interior del zapato, para permitir una rápida absorción de la humedad.